10.Palíndromos
Muchas veces a lo largo de mi infancia me entretuve con un juego: buscaba sobre el barro huellas y el recorrido trazado por ellas y caminaba durante un rato superponiendo mi pie en el dibujo del calzado estampado sobre la tierra mojada. Entonces imaginaba un montón de cosas sobre quien me había precedido, y con esos pensamientos en la cabeza, acababa olvidándome del rumbo de las huellas y pasaba a distraerme con otra cosa. Era imprescindible, claro, que hubiera llovido el día antes.
(…) Palíndromo puede ser, pues, algo así como andar un camino de nuevo. (…) Este palíndromo nuestro puede ser trazar huellas sobre otras huellas, o quizá con nuestros pasos y las pisadas del otro formar senderos insólitos en el barro.
No es necesario que llueva el día antes.
(Fragmento del prólogo a Palíndromos)